
Es muy claro, vivimos en la playa y por lo tanto el calor es favorecedor por lo cual muchos de nosotros optamos por el uso de «chanclas». Estos zapatos, aunque son muy prácticos cuando uno está en las zonas de playa, no son sino peligro para nuestra salud. Se notan un aumento de ciertas patologías, particularmente relacionadas con el uso prolongado de este tipo de zapatos.
No caminamos correctamente con chanclas
Una cosa es cierta, cuando camina con chanclas en sus pies, no camina normalmente, ya que sin soporte para los pies, causa el apretar de los dedos de los pies. De hecho, en un zapato clásico donde se mantiene el pie, atacamos con el talón, desenrollamos el arco y la parte delantera del pie: en este caso, el desenrollado es natural y causa poco esfuerzo. Por otro lado, si no hay soporte en la parte posterior del pie, y por lo tanto no hay estabilidad, los dedos de los pies se aprietan por el extremo reflejo de la propulsión, para no perder la pinza. Este es un fenómeno común con este tipo de calzado, que se llama «agarre».
El agarre causará fatiga de ciertos músculos del pie, pero también del tobillo y la pierna, que no deben ser solicitados mientras se camina.

Riesgo de tendinitis.
La tendinitis en el tobillo debido a la inestabilidad del arco que se cuelga y causa un hundimiento del pie es común después de usar chanclas de manera prolongada. Esta tendinitis a menudo ocurre cuando las plantas de las correas son muy delgadas y la parte posterior del pie no se mantiene.
A menudo se observa aponeurosis plantar, que es una tendinitis del arco del pie, causada por un aplastamiento excesivo de la planta del pie.

Riesgos de esguinces
Con el uso normal de chanclas (informal), corremos el riesgo de esguinces, incluidos los tobillos. Las personas que caminan todo el día con chanclas en los pies, aumentan en gran medida el riesgo de esguinces al deslizar el pie en el flip-flop (ejemplos: adoquines, aceras…).

Agravamiento de patologías en niños
El uso prolongado de flip-flops es particularmente malo para los niños en crecimiento, y más aún para los niños con problemas de podología: «caminar», o viceversa. En este caso, es imprescindible prohibir el uso prolongado de flip flops.

Riesgos de dolor crónico
Pies, rodillas, caderas, lumbares, cervicales…
No se salvan partes del cuerpo cuando se camina sin mantenimiento.
Siempre es el despliegue del pie lo que no se hace correctamente lo que está en cuestión. Se solicitan muchos músculos y hay un desequilibrio del cuerpo. Este fenómeno empeora la inestabilidad. El cuerpo compensa esta inestabilidad, que causa dolor crónico en lugares que a primera vista no se podía sospechar: dolor de espalda, dolor de cuello, etc…